Exposición itinerante “Gusinde. Historia de una Huella”. Una interesante propuesta museográfica colaborativa e interdisciplinaria.

Pía Acevedo Méndez, Dra. En Arquitectura y Estudios Urbanos.

Investigadora Instituto de Estudios Patrimoniales. Docente Universidad Finis Terrae.

En los últimos días del mes de diciembre visitamos la exposición “Gusinde. Historia de una Huella”, elaborada por DUOC UC Sede Padre Alonso Ovalle en el marco de los 100 años del último viaje que realizó Martín Gusinde a Tierra del Fuego en 1924.

La historia de este sacerdote y antropólogo alemán es profundamente interesante desde diversas aristas, tanto por el vínculo que generó con los pueblos originarios de la Patagonia, como por su labor en el registro de sus culturas y las fotografías que tomó a lo largo de varias décadas, sobre todo a comienzos el siglo XX.  Gusinde también se involucró en la denuncia respecto de la sostenida violencia que ejercían en contra de estos grupos hombres occidentales que, motivados por intereses económicos, habían llegado a estos rincones del mundo a enriquecerse sin mediar consecuencia alguna.

Muchos y muchas podrían decir que la experiencia de Martín Gusinde en la Patagonia, debido a su relevancia, es ampliamente conocida, que lo que vivió en las tierras australes ha sido difundido y si bien en diferentes formatos, sobre todo libros, se ha dado a conocer lo realizado por Gusinde, siempre resulta un aporte cuando se consideran otras estrategias divulgación y se hace posible una nueva experiencia de conocimiento y aprendizaje.

En este contexto es en el que se enmarca lo realizado por DUOC UC sede Padre Alonso Ovalle y su exposición temporal “Gusinde. Historia de una Huella” que estará abierta al público hasta el 15 de enero del 2024 y que aborda parte de la experiencia de este sacerdote con los 4 pueblos originarios de la Patagonia y los canales australes- Yaganes, Sel’knam, Kaweskar y Haus-estructurda en 3 tiempos; el entorno europeo del sacerdote, el paisaje fueguino y el encuentro de 2 mundos. Considerando lo importante que resulta este ejercicio museográfico en torno a estos pueblos originarios, vale la pena revisar el proceso que significó la realización de esta exposición y, sobre todo, de la participación de estudiantes de diversas carreras de diseño que lograron adentrarse en contenidos que les resultaban ajenos en las aulas, pero absolutamente pertinentes desde la perspectiva cultural y patrimonial.

En primer lugar, al conocer la exposición, resulta muy interesante el ejercicio inmersivo al que invitan a los y las visitantes, toda vez que se construyó una estructura, emulando una canoa invertida o el esqueleto de una ballena, en total sintonía con el contexto geográfico, generando un ambiente particular, aun cuando esto está dentro de un edificio altamente concurrido por estudiantes y comunidad educativa en general. Al estar dentro de esta, se percibe el cuidado que se tuvo con la paleta de colores, con la materialidad y con los diversos elementos que se reprodujeron para esta muestra, tales como una canoa, mapas, bitácoras, máscaras, arpones, canastos y tocados, entre otros, proceso que contó, además, con la asesoría del Museo Nacional de Historia Natural (MNHN) y otros conocedores y conocedoras de la materia.

Hasta aquí todo puede sonar clásico desde cualquier ejercicio museográfico, sin embargo, el mayor aporte, desde nuestra perspectiva, resulta en el proceso que significó esta muestra respecto de la articulación institucional para llevar a cabo este ejercicio y en el alto protagonismo que tuvieron 18 estudiantes de las carreras de diseño industrial, diseño de ambientes, diseño gráfico y diseño de vestuario para lograr este significativo resultado, sobre todo, por lo inédito de la experiencia.

Este grupo de estudiantes, en el marco de una actividad extraprogramática, trabajó durante un año y medio – 3 semestres académicos- en conjunto con 8 profesores para levantar información, realizar un proceso de investigación acorde a las necesidades de esta iniciativa, llevar a cabo procesos constructivos para probar diversas propuestas de montaje, así como también ir comprendiendo las implicancias del trabajo en equipo y los tiempos que conlleva una propuesta de estas características. En paralelo a esto, el proyecto también involucró la reedición de un texto sobre Martín Gusinde, la elaboración de una cápsula audiovisual para que los y las visitantes conocieran el trabajo que conllevó la exposición, un recorrido virtual para que aquellos y aquellas que no tuvieran la posibilidad de visitarla en forma presencial, lo hicieran en formato virtual y un broucher que permite conocer a todos y todas los que formaron parte de esta apuesta.

También resulta destacable la experiencia del guiado de la exposición, toda vez que se programaron una serie de visitas guiadas en las que profesores o estudiantes acompañaran la experiencia de los visitantes, entregándoles información del trabajo que representó la muestra, los aprendizajes que pudieron recoger de este proceso, el cruce disciplinar que implicó la propuesta y el desafío de integrar contenidos culturales y patrimoniales en una experiencia de diseño de la cual los y las estudiantes no tenían registro.

Otro valor que posee esta exposición, es que desde los conocimientos disciplinares del diseño y el gran aporte que estos podían generar, se consideró la itinerancia de la misma desafío que fue parte constitutivo de la propuesta, algo muy importante para la divulgación del conocimiento. En lo concreto, la itinerancia se propuso bajo una estrategia que el equipo denominó como SEMI – sistema de exhibición modular itinerante- para que la exposición pudiera ser montada en otros lugares de manera autónoma, gracias a un instructivo que también fue elaborado por los y las estudiantes que participaron de este ejercicio.

Finalmente, visitar “Gusinde. Historia de una Huella” resulta un valor para conocer el legado de este sacerdote y antropólogo alemán sobre el fin del mundo, pero posee especial relevancia adentrarse en la propuesta, en el proceso de elaboración, en valorar la conjunción de diversas disciplinas y, más aún, en relevar la apuesta de posicionar a estudiantes como protagonistas de una propuesta como esta y confiar en que sus capacidades son las que se necesitan para realizar trabajos de gran factura como la de esta exposición.